Guardamos luto a los guerreros del 9 de enero de 1964.

El presidente de la República, Martín Torrijos, expresó que el 9 de enero de 1964 es por su magnitud y trascendencia, el mejor ejemplo de lo que es capaz un pueblo cuando se dispone a luchar por su dignidad. Las declaraciones del Mandatario se dieron durante el encendido de “La Llama Eterna” que flameará los 365 días del año en el mismo lugar donde se suscitaron los hechos como homenaje perenne a los mártires.

En la ceremonia que tuvo lugar en el Centro Ascanio Arosemena, ubicado en el área revertida del Pacífico, les correspondió al presidente Martín Torrijos y a la señora Marcelina Chávez de Arosemena, madre del mártir Ascanio Arosemena, encender el pebetero, en presencia de los Ministros de Estado y miembros de la Autoridad del Canal de Panamá.

Durante su emotivo discurso, Torrijos destacó que la mejor manera que tienen los panameños para honrar el sacrificio de esos mártires consiste en el compromiso de llevar a la nación hacia días mejores, superando los estragos y las heridas que produce la pobreza, democratizando las oportunidades, concertando voluntades y construyendo un país con equidad y justicia social.

Valoremos que dentro de siete años, el Canal ya ampliado, después de la gran decisión que tomó el pueblo panameño en el referéndum del 2006, seguirá siendo el motor del desarrollo nacional y que las antiguas bases militares son ahora centros de saber, de las ciencias y áreas para el progreso económico, aseguró el gobernante.
Por su parte, la madre de Ascanio Arosemena expresó su satisfacción al comprobar que se hace justicia con la causa por la cual su hijo ofrendó su vida.