La tecnología satelital como herramienta aliada de las tortugas marinas.

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Playa Soropta, localizada al norte de la provincia de Bocas del Toro, cerca de la frontera con Costa Rica, recibe de marzo a junio una importante población de tortugas canal o baula (Dermochelys coriacea) que llegan a desovar al sitio cada año, así como también la visita de algunas carey (Eretmochelys imbricata).

Actualmente las tortugas marinas son clasificadas como especies amenazadas o en peligro de extinción debido a las presiones del ser humano, que las pesca y luego vende su carne, huevos y caparazón; así como también por la contaminación del mar y las playas; el desarrollo hotelero y la presencia de luces que afectan su hábitat.

A fin de proteger y conservar a este reptil, cuya existencia data de alrededor de 122 millones de años, la organización Sea Turtle Conservancy (STC), con el apoyo de Cobre Panamá, viene desarrollando programas de sensibilización en la población sobre la importancia de este reptil.

Una de las iniciativas consiste en la colocación de transmisores en el caparazón, para conocer cuáles son las áreas donde se desarrolla su vida en el mar, una experiencia que La Estrella de Panamá tuvo la oportunidad de conocer.

Junto con el equipo de STC iniciamos el rastreo de la tortuga canal en la playa. Durante la búsqueda logramos localizar un ejemplar en horas de la madrugada. Una vez terminó el desove, se procedió con la colocación del transmisor valorado en unos $2,000.

Raúl García Varela, biólogo y coordinador de investigación de campo, explicó mientras colocaba el dispositivo que gracias a este transmisor satelital pueden obtener mucha información de las tortugas marinas. “En las playas podemos identificar cuándo y cada qué tiempo vienen las tortugas, gracias a las placas que les colocamos, pero nadie sabe qué ocurre con ellas una vez que ingresan al mar. No sabemos a dónde ni por dónde van, cuáles son las rutas migratorias que utilizan, entonces con este transmisor podemos conocerlo”, detalló García.

A su vez, explicó que el dispositivo tiene una duración de aproximadamente dos años, ya sea por falla o descarga de la batería, sin embargo, ese tiempo es más que suficiente para recopilar toda la información necesaria de lo que ha hecho el reptil.

Para mas informacion pueden entrar a la publicacion de La Estrella de Panama aqui.