Al fin mano dura con los delincuentes.

Hasta las fuerzas especiales de la Policía tuvieron que llegar ayer a los multifamiliares de Curundú, en la vía Frangipani, donde la maleantería viviente armada establecía sus propios retenes para cometer toda clase de fechorías al caer la noche.

 

 

 

Los valientes que se atrevían a pasar en sus autos en horas de la noche por el lugar se exponían, en el menor de los casos, a que les destrozaran los vidrios, a ser asaltados o hasta perder la vida.   

Ayer, cuando un patrulla llegó al área para verificar la denuncia de uno de esos retenes y el robo de 30 televisores plasma en una mueblería cercana, fue recibido a balas y hasta un agente recibió el rozón de un tiro en la cabeza.   

Allí ardió Troya. El propio director de la Policía, Francisco Troya llegó con sus hombres en la madrugada y capturó a un centenar de sospechosos.

Fuente: critica.com

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